Piedra aconsejada: Para León recomendamos la piedra Ámbar, compuesta por resina ya fosilizada, encontrada en los árboles. Su color varía en amarillo claro o naranja, recordando la miel. Su uso es beneficioso en cualquier parte del cuerpo, pero especialmente en los pulmones, el cerebro y el tiroides. En el campo espiritual, neutraliza la energía negativa y estabiliza la vida colocándolo en armonía. Con su capacidad de eliminar la energía negativa, el Ámbar permite que el cuerpo se cure por sí mismo. Por haber sido una entidad orgánica, transfiere rápidamente sus propiedades a otras entidades del mismo género. Té aconsejado: El exagerado esfuerzo mental, común en la vida de quien nació bajo el signo de León, genera un cansancio físico muy grande. En esas horas, es una inyección de disposición que necesita. El romero, utilizado en baños y tés, es revigorizante y da un paso más allá de la depresión.
