Esta oración a San Marcelino es indicada para fortalecer su esperanza y creencia.
Los padres de San Marcelino, Juan Bautista y María Teresa, comerciantes, tuvieron 10 hijos: Marcelino fue el noveno.
A los catorce años, visitó su casa un buen sacerdote que estaba reclutando a jóvenes para el seminario; se fijó en Marcelino y le animó: "Tiene que estudiar para ser sacerdote. Dios lo desea ". Y Marcelino se decidió. Ingresó en el Seminario.
Tres años después fue ordenado sacerdote y lo destinaron a la Valla. Los pobres niños no tenían escuela ni catequesis, y los adultos sólo iban a la iglesia. Marcelino comenzó a hablar con las personas, se hizo cercano a todos, y el pueblo lo aceptó con cariño.
Después de una fuerte experiencia con un joven moribundo, el P. Champagnat decide edificar una congregación de Hermanos que se dedican a la enseñanza ya la catequesis de los niños y jóvenes, especialmente a los más necesitados.
San Marcelino creó a los Hermanos Maristas. Pronto llegaron otros jóvenes. Marcelino les ayudó a organizar la vida de cada uno en la comunidad: oración y trabajo, formación personal, sensibilidad y pobreza.
Marcelino Champagnat fue realmente un gran hombre, que finalizó una obra extraordinaria: cuidó como un buen pastor de las personas de su parroquia, atendió a huérfanos y ancianos, pero sobre todo se consagró a la educación religiosa de la juventud.
El P. Marcelino Champagnat fue declarado "beato" en Roma, por S. S. Pío XII, el 29 de mayo de 1955, domingo de Pentecostés. Después de un largo y detallado estudio, los expertos habían declarado la autenticidad de dos milagros obtenidos por su intercesión. La ceremonia de canonización del P. Marcelino Champagnat se celebró el domingo 18 de abril de 1999.
